lunes, 26 de septiembre de 2016

La obesidad grave y la insuficiencia cardiaca

La obesidad grave parece ser un factor de riesgo independiente de la insuficiencia cardiaca. Un estudio observa un vínculo incluso sin otras afecciones como la hipertensión o el colesterol alto.

Investigadores de la Universidad de Johns Hopkins en Baltimore revisaron datos de más de 13,000 adultos estadounidenses con una edad promedio de 54 años. Tras tomar en cuenta otros factores de riesgo como la hipertensión, el colesterol alto y la diabetes, los investigadores concluyeron que la obesidad grave (mórbida) era un factor de riesgo independiente de la insuficiencia cardiaca.

La insuficiencia cardiaca ocurre cuando el corazón se debilita y no puede bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades del cuerpo.

La obesidad grave se define como un índice de masa corporal (IMC) de 40 o más, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. El IMC es un cálculo aproximado de la grasa corporal de una persona. Se considera normal a una persona cuando tiene un IMC de 25 o menos.

Alguien que mida 5 pies y 9 pulgadas (1.75 metros) tendría que pesar 271 libras (123 kilos) para ser considerado gravemente obeso, según los CDC.

En el nuevo estudio, los adultos gravemente obesos tenían más del doble de riesgo de insuficiencia cardiaca que los de peso normal. Pero no tenían un riesgo más alto de enfermedad cardiaca o accidente cerebrovascular (ACV).

Aunque los hallazgos sugieren un firme vínculo independiente entre la obesidad grave y la insuficiencia cardiaca, no prueban causalidad, señalaron los autores del estudio.

Y aunque tratar la hipertensión, la diabetes y otras afecciones en los pacientes mórbidamente obesos podría ayudar a reducir su riesgo de enfermedad cardiaca y ACV, los resultados del estudio sugieren que ese tratamiento quizá no prevenga el mayor riesgo de insuficiencia cardiaca. La pérdida de peso podría ser la única medida de prevención efectiva.

VIERNES, 16 de septiembre de 2016 (HealthDay News) --

viernes, 16 de septiembre de 2016

Explican cómo fumar causa insuficiencia cardiaca



La insuficiencia cardiaca es la enfermedad en la que el corazón se encuentra debilitado y no late con suficiente fuerza como para satisfacer las necesidades metabólicas del organismo. Una enfermedad que, incluida en el grupo de las denominadas patologias cardiovasculares,  se asocia con una elevada mortalidad. De hecho, la insuficiencia cardiaca es responsable todos los años de más decesos que los asociados, por ejemplo, con muchos tipos de cáncer. De ahí la importancia de la adopción de medidas para prevenir su desarrollo, caso, entre otras, de mantener un peso saludable. Y sobre todo, evitar el tabaco. Y es que como muestra un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores del Brigham and Women's Hospital en Boston (EEUU), fumar se asocia con una reducción del grosor de las paredes musculares del corazón - esto es, el consabido miocardio -, lo que conlleva una reducción de su capacidad para bombear sangre. Además, cuanto mayor es el consumo de cigarrillos, mayor es el daño sobre la estructura coronaria y, por tanto, mayor es la probabilidad de desarrollar insuficiencia cardiaca.
Como explica Wilson Nadruz, director de esta investigación publicada en la revista Circulation: Cardiovascular Imaging,  "cuanto más fuma una persona, mayor es el daño que se produce sobre la estructura y funcionalidad del corazón", lo que refuerza aún más, si cabe, las recomendaciones que establecen que el hábito tabáquico es peligroso y que debe ser abandonado.

El grosor importa

Infinidad de estudios han demostrado que fumar se asocia al desarrollo de insuficiencia cardiaca y, por tanto, a un mayor riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio, con independencia de otros factores de riesgo cardiovascular. Sin embargo, las evidencias alcanzadas para explicar la razón por la que el tabaco aumenta el riesgo de insuficiencia cardiaca no son concluyentes.
De ahí la necesidad de esta nueva investigación, en la que autores contaron con la participación de 4.580 adultos que, con una edad promedio de 75,7 años e incluidos en el Estudio de Riesgo de Aterosclerosis en la Comunidad (ARIC), no presentaban ningún signo evidente de enfermedad cardiovascular.
Todos los participantes, fumadores o no, fueron sometidos a una ecocardiografía. Y de acuerdo con los resultados, las mayores tasas de "exposición tabáquica acumulada" -esto es, el parámetro que se emplea para medir cuántos cigarrillos y durante cuánto tiempo ha fumado una persona a lo largo de su vida- se asociaron con un mayor daño coronario.
Y este efecto nocivo observado en el estudio, ¿no podría explicarse por otras razones diferentes del tabaco? Pues no, dado que los resultados mostraron que, con independencia de la presencia o ausencia de diabetes y de su edad, etnia, índice de mas corporal (IMC), consumo de alcohol y presión arterial, los fumadores presentaban unas paredes coronarias menos gruesas y una menor capacidad de bombeo de sangre.
Como refiere Wilson Nadruz, "nuestros resultados sugieren que el tabaquismo puede conllevar de forma independiente un menor volumen del miocardio y un empeoramiento de la función coronaria, lo que a su vez puede aumentar el riesgo de insuficiencia cardiaca incluso en las personas que no tienen un infarto".

Hay que dejar de fumar

Sin embargo, no todo son malas noticias. Y es que como indican los resultados, el grosor de la pared y la capacidad de bombeo de sangre fueron significativamente menores en los participantes fumadores cuando se compararon no solo frente a aquellos que nunca se habían iniciado en el hábito, sino también con aquellos que habían dejado de fumar en el pasado. Es decir, el daño coronario y, en consecuencia, el riesgo de insuficiencia cardiaca es reversible. Y para ello, tan solo hay que dejar de fumar.
Como concluye Wilson Nadruz, "la buena noticia es que los ex fumadores presentaban una estructura y función coronaria similares a la de los que nunca habían fumado. Un hallazgo que sugiere que los efectos potenciales del tabaco sobre el miocardio podrían ser revertidos una vez se deja de fumar"

Diario ABC, 14/09/2016

lunes, 5 de septiembre de 2016